Un nuevo escándalo regional

El clientelismo fraudulento de la V Región

Fraude al fisco, compra y venta de votos, fondos públicos, congresistas, y políticos, son las aristas de un conflicto que gira en torno a la Ciudad Jardín, en relación a los fondos de los Planes de Generación de Empleos entregados por el estado.

Por Opinión Negra

Si hace 30 años atrás alguien hubiera dicho que un político chileno ocupó fondos públicos para su campaña o fin particular, de seguro nadie le creería y de paso hasta lo habrían encerrado o fucilado, quién sabe. Sin embargo, esta práctica se está haciendo más cotidiana de lo común y ya más de un honorable ha caído en el rigor de la ley. Es que la política “chilensis” da para todo y todos, pues bien se sabe que esta profesión es una de las más rentables del siglo XXI.

La poca ética con la que se ejerce este trabajo no es nueva. Desde tiempos remotos, el legislador ha buscado romper los distintos caminos morales para dar paso al fin individual. Muy bien lo sabe Latino América, siendo el territorio más corrupto de todo el hemisferio. O si no pregúntenle a Argentina y otros países vecinos.

Pero qué es lo tan anti-ético que los “tiranos” hacen. Ejemplos hay por doquier y sobre todo en periodo electoral, donde los políticos espetan toda su artillería al gentío chileno con el fin de “agarrar” un sufragio indeciso de algún inocuo ciudadano.

Las prácticas parlamentarias son válidas, pero hay normas que seguir y al parecer estas no se están llevando a los hechos. Nuestro país ha llevando a cabo muchas investigaciones a figuras públicas por acusaciones a fraude al fisco, como por ejemplo, el mismísimo ex presidente Ricardo Lagos, en el caso MOP-GATE o para acércanos más a la V Región, la deuda de Valparaíso que involucra al ex edil Pinto. Son temas que estuvieron en la agenda nacional, dándonos ha conocer que Chile no es un país con cultura ética, políticamente hablando.

La Quinta Región es una de las ciudades más corruptas de todo Chile y pareciera que en el calendario nacional siempre debe haber algún “escandalillo”, en el cual alguien del ambiente legislativo regional se ve involucrado. Esta vez le toco al diputado Rodrigo González (PPD), quien es acusado de desviar fondos de los Planes de Generación de Empleos (PGE) hacia campañas políticas.


Se habla de una red muy amplia que rodea al diputado. Una alianza de conocidos empleados públicos, entre ellos, el concejal por Viña del Mar Max Bastidas y el asesor Fernando Avendaño. Así como también el Seremi del Trabajo, José Manuel Mansilla, todos amonestados y formalizados en sus respectivos periodos.

Pero qué hay detrás de todo esto. Para hacernos una idea, no es la primera vez que el congresista González tiene problemas con la ley. Cuando fue Alcalde de Viña del Mar, en septiembre del 2000, fue derrocado por el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) por su abandono de deberes ¿Será qué González ya comenzaba ha pavimentar su camino como diputado en los cerro de la Ciudad Jardín?

En la política los detalles son los que forman la historia, y cómo no, si esos detalles táctiles personales se transforman en acciones benéficas de carácter donativo a favor del legislador.

Se corre el rumor cerro por cerro de un supuesto clientelismo que el honorable habría pactado con los habitantes de los cerros viñamarinos. Esta práctica, muy utilizada en el ambiente político, es una de las técnicas más seniles que puede existir para atraer votos. Pero qué hay de malo en eso, al parecer nada. Sin embargo, este supuesto clientelismo del que se habla, el actual diputado lo habría empezado cuando terminó su periodo de alcalde, para ser más específico, cuando partió la campaña para conseguir un escaño en el congreso.

La política se caracteriza por su extraoficialidad, en cuanto a su confidencialidad entre sus pares, por sus pactos, sus claves u/o estrategias. El clientelismo es eso; intercambios de favores, dando por entendido que si te ayudo, tú me das el voto. Sin lugar a dudas, un lenguaje convencionalmente entendido y aceptado. Rodrigo González no es el primero ni el último que utilizará este mecanismo para llegar al poder, sin embargo, es el primero de muchos que caerá, si se formalizan los cargos en su contra, como el clientelista de fondos públicos. Un apellido no muy honorable.

De acuerdo con los antecedentes recopilados por "El Mercurio de Valparaíso", en la investigación realizada en la Ciudad Jardín se pudo establecer, por primera vez, que personas que trabajaron en la campaña del parlamentario estaban inscritos en forma paralela en los Planes de Generación de Empleo. Incluso, se precisó que varios de ellos eran dirigentes vecinales. Será qué los obreros contratados por Erna González, presidenta de juntas de vecinos de Reñaca Alto, eran aquellas personas. (Fuente Mercurivalpo.cl)

Asimismo, según se difundió en los medios de comunicación regionales, aquellos beneficiados, que alcanzarían a unas 50 personas, habrían recibido en múltiples ocasiones los pagos con fondos de los PGE.

El clientelismo es la más grande plaga que puede llegar a una administración. Es por esto que la gente debe no mal utilizar al político para sus fines individuales, pues para eso existen otros mecanismos. Las personas no pueden pasar a llevar los tratamientos conductos regulares de una jefatura, los proyectos se deben hacer con los idóneos en el cargo y no con futuros legisladores, que a la hora de comprar el voto, hipotecan su alma al diablo, es más, peor aun cuando se birlan dinero del fisco.

Hasta el minuto solo podemos conjeturar posibles hechos, pues habrá que esperar la formalización del 10 de octubre para emitir una opinión objetiva del asunto, ahí se verá qué fue lo que realmente concluyó la ley, pero si sale absuelto o culpable, maní, total en la política “chilensis”, el político nunca muere.